iusfilosofando

martes, 24 de octubre de 2017

CRISIS INSTITUCIONAL



Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo

Por si no fueran pocos los temas que tenemos en la agenda nacional: pobreza, inseguridad, desigualdad, corrupción e impunidad. La destitución de Santiago Nieto Castillo, de la titularidad de la Fiscalía Especializada para la atención de Delitos Electorales (FEPADE) enrarece aún más el ambiente político y jurídico persistente en las instituciones del país.

El tema no es menor, si consideramos que uno de los puntos de quiebra de los últimos años, en los gobiernos neoliberales, es precisamente la procuración de justicia y la comisión de delitos mayores –nada menos que exgobernadores, son los clientes favoritos– protagonizados por todo tipo de personajes. 

A nueve meses de la elección presidencial, y sin ser melodramáticos, lo cierto es que estamos ante una crisis institucional de las instancias encargadas de la procuración de justicia. No hay procurador, el original –nombrado por Peña– renunció porque no aguantó las críticas que lo señalaban de personaje ambicioso; tampoco existe un titular de la FEPADE, pues Alberto Elías Beltrán, encargado de despacho de la PGR, lo corrió; no tenemos un Fiscal Anticorrupción, los partidos no han resuelto quien se quedará con la palabra final.

¿Como podemos hablar de un gobierno preocupado en fortalecer las instituciones del país, cuando precisamente en la práctica hay un contradicción? el procurador general se fue porque aspiraba a ser fiscal de la nación y no pudo a pesar de que Enrique Peña Nieto lo mantuviera como su protegido y candidato único; el titular de la FEPADE se fue porque su jefe –el interino de la PGR– recién llegado, lo acusa de vulnerar el debido proceso, al filtrar el contenido de una carta en la cual Emilio Lozoya lo amenaza. No tenemos titular de la fiscalía anticorrupción, porque las fuerzas políticas necesitan determinar que puestos repartirse antes de llevar a cabo el nombramiento.

En el fondo, el responsable directo es el señor de Los Pinos, el señor Peña, pues su entonces coordinador de campaña –Emilio Lozoya Austin– a la postre titular de Pemex, está señalado de haber recibido dinero de la trasnacional Odebrecht, para la campaña presidencial del oriundo de Atlacomulco. 

El protagonista de ésta y otras historias es Santiago Nieto Castillo, extitular de la FEPADE, responsable no solo de investigar el caso de Lozoya, sino además de hacer lo propio con casos de corrupción de los Duarte, Javier el de Veracruz y César el de Chihuahua; pero además, estaba tras las pistas del uso electoral de recursos y bienes destinados para los damnificados de los sismos y el huracán “Katia”.

Una cosa debemos tener presente, ya no estamos en los tiempos del lechero Fidel Velázquez, venido a dirigente de la CTM, en los cuales el que se movía no salía en la foto. 
Nieto Castillo, ha decido tejer su propio destino y recurrir al Senado para pedir se ocupe de su irregular destitución y hoy  los senadores definirán el procedimiento para determinar qué ocurrirá con el titular de la FEPADE. Se escucharán las voces de los dos lados, y los senadores tendrán que hacer valoraciones políticas y jurídicas para resolver el entuerto.

Sigamos al pendiente de éstos y otros temas, que aunque no lo parezca, dañan la vida jurídica del país.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

1 comentario:

@BarbaraCabrera dijo...

Doctor, un texto esclarecedor y contundente. Absolutamente, estamos ante un andamiaje institucional desmoronado. La crisis es latente y debemos continuar contribuyendo para, desde nuestra palestra, provocar un cambio.

Muy buena columna #Iusfilosofando. La comparto en mis redes.